Origen:
Los antepasados del Pastor Alemán existían por diferentes zonas de Alemania desde hace siglos, eran unos perros de morfologías muy diferentes según la región. No fue hasta finales del siglo XIX que un oficial de caballería prusiano, Von Stephanitz, definió y desarrolló el estándar de la raza.
Comportamiento:
El Perro Pastor Alemán es vivo, atento, obediente y seguro de sí mismo. Es muy inteligente y tiene una alta capacidad de comprensión. No acostumbra a ser miedoso, sensible o blando pero le gusta recibir elogios y caricias de su dueño. Es un perro vigilante y un poco desconfiado con los extraños. Aunque se lleva muy bien con los niños, a veces no sabe medir su fuerza.
Aspecto Pastor Alemán:
El Pastor Alemán es un perro largo, fuerte, robusto y musculoso. Es de estructura sólida y de huesos secos. Tiene unas orejas de tamaño mediano, rectas y que acaban en punta. La cola es gruesa y peluda y se extiende por lo menos hasta el corvejón. El Pastor Alemán puede ser de pelo duro, de pelo largo y duro o de pelo largo, y acostumbra a ser negro con manchas marrones, amarillas y gris claro.
Cuidados específicos:
El Perro Pastor Alemán necesita grandes espacios para descargar la necesidad de hacer ejercicio físico diario. No es un perro adecuado para vivir dentro de casa pero es muy adaptable y puede llegar a acostumbrarse a la vida de interior.
De todos modos, el Pastor Alemán requiere largos paseos diarios para quemar todas sus energías y es recomendable proporcionarle sesiones de juego para que se sienta útil.
Salud:
Debido a la popularidad del Perro Pastor Alemán y en consecuencia, a la cría en exceso de la raza, las enfermedades y los defectos han aumentado con los años. El mayor problema que se ha detectado es de comportamiento, junto a la displasia de cadera y de codo, problemas óseos/articulares, problemas oculares, torsión de estomago y epilepsia.
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